En la Unidad de Dermatología del Hospital La Moraleja contamos con un equipo médico especializado en el tratamiento de los puntos rubí.
Los puntos rubí son lesiones cutáneas benignas que pueden generar cierta inquietud entre quienes los padecen, principalmente por desconocimiento sobre qué son.
También conocida como "angioma capilar adquirido", angioma en cereza o angioma senil, es una pequeña dilatación de los vasos sanguíneos que se manifiesta en forma de pápulas de color rojo brillante o púrpura en la piel (de ahí su nombre).
Son lesiones vasculares benignas que no producen ningún tipo de molestia. No obstante, en función de su ubicación, pueden llegar a sangrar si se rozan o sufren un impacto.
Normalmente, no tienen un gran tamaño, miden entre 0,5 y 6 milímetros de diámetro, pero pueden estar presentes en cualquier parte del cuerpo, especialmente en el tronco, los brazos y las piernas.
La aparición de los puntos de rubí en la piel no tiene una causa definida. Pueden aparecer sin que haya ningún desencadenante para ello, pero la ciencia ha identificado una serie de factores que se asocian con su presencia.
Estas lesiones cutáneas se pueden llegar a confundir con otras, pero tienen unas características únicas que ayudan a identificarlas:
Son de un tono rojo brillante o púrpura, debido a la acumulación de vasos sanguíneos dilatados. Este color se mantiene de forma constante y uniforme en toda la lesión.
Las pápulas son pequeñas, de forma redondeada u ovalada. Es habitual que su contorno esté bien definido, de modo que se asemejan a una pequeña gota de tinta que hubiera caído sobre la piel.
Los angiomas seniles más desarrollados pueden llegar a tener un aspecto lobulado, pero lo común es que sean lesiones lisas y, o bien, son totalmente planas, o están ligeramente elevadas sobre la piel.
Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, si bien su presencia en el rostro es algo muy poco usual. Lo normal es que estén en la espalda y el tórax, así como en el cuello, los brazos y las piernas.
Para diferenciar el punto rubí de otras lesiones cutáneas es importante tener en cuenta:
En cualquier caso, el diagnóstico correcto solo puede llevarlo a cabo un dermatólogo. Este se encargará de examinar la lesión y determinar de qué se trata.
Este tipo de lesiones cutáneas no suelen requerir de tratamiento, pero nunca está de más aplicar unos buenos cuidados de la piel para prevenir su aparición o evitar que se puedan dañar las que ya están presentes.
Siempre que se vaya a estar en el exterior, es aconsejable utilizar un protector solar de amplio espectro en todas las zonas de la piel que quedan expuestas, incluso aunque el día esté nublado. Además, a pesar de llevar protección, se debe evitar permanecer mucho rato bajo el sol.
Así se previene la aparición de nuevas lesiones de puntos de rubí, porque el daño solar sobre la piel es un factor de riesgo.
Cuando la lesión está en una zona que queda muy expuesta a rasguños o golpes, es importante tomar la precaución de protegerla para evitar que se produzca un sangrado.
Una piel saludable tiene menos riesgo de sufrir puntos rubí. Por eso, se aconseja mantener una buena higiene diaria, usar un exfoliante suave una vez por semana e hidratar después de la ducha.
Los puntos rubí no suelen implicar ningún problema a nivel de salud, pero en caso de notar cambios en su apariencia o un sangrado frecuente se aconseja consultar con el dermatólogo para buscar el tratamiento más adecuado.
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