Durante el periodo de lactancia, la adaptación física entre madre y bebé desempeña un papel fundamental en el bienestar de ambos.
En la Unidad Materno Infantil del Hospital La Moraleja disponemos de un equipo médico especializado en ayudar a las madres a resolver dudas relativas a las posturas de lactancia.
Nuestros profesionales médicos consideran que la postura en la lactancia es muy importante y además tener una buena postura influye en la eficacia de la succión, el confort de la madre y la prevención de complicaciones. Si el bebé está bien posicionado, puede hacer un agarre profundo estimulando así la producción de leche y evitando molestias a la madre como dolor en los pezones o la aparición de grietas en los pezones.
Una buena postura es aquella en la que el bebé está relajado, con su cabeza, cuello y columna alineados, de manera que no tiene que girar la cabeza o estirar el cuello para alcanzar el pezón. Esto le permite respirar correctamente durante la toma y reduce el riesgo de que trague aire y así evitar gases.
Desde el punto de vista músculo-esquelético, mantener de forma repetida una mala postura puede provocar tensiones acumulativas en la madre, muy especialmente en la zona lumbar, cervical y dorsal. A largo plazo, esto puede desembocar en dolores crónicos que afectan al bienestar general de la mujer.
Con un buen agarre, el lactante vacía el pecho de forma eficiente, algo que es esencial para mantener la producción y prevenir obstrucciones o mastitis.
Por todo esto, las matronas y médicos recomiendan dedicar tiempo a aprender y probar con diferentes posturas para dar el pecho, hasta encontrar aquellas que mejor se adaptan a la anatomía de la madre y del bebé, así como a sus necesidades físicas y emocionales.
En la Unidad Materno Infantil del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, disponemos de una consulta específica de lactancia materna dependiente del servicio de pediatría, en la que las doctoras Fuentes Ortiz y Rodríguez Rojo podrán resolver todas las dudas, dificultades o problemas que puedan surgir durante el periodo de lactancia.
Estas son algunas de las más recomendadas:
Es la más intuitiva y tradicional y da buenos resultados cuando el bebé ya tiene un agarre aprendido. Se reposa el cuerpo del niño sobre el antebrazo de la madre y su cabeza en la curva del codo. Para un buen agarre es necesario que el cuerpo del bebé esté correctamente alineado, de manera que el abdomen del niño quede frente al de la madre.
En esta variante el bebé se sostiene con el brazo contrario al pecho que se ofrece. Esto permite un mayor control de la cabeza y facilita la corrección del agarre. Por eso, es muy recomendada durante los primeros días de lactancia y también resulta de mucha utilidad en madres con pezones planos o invertidos.
La postura rugby o de balón de fútbol americano está indicada para madres con pechos voluminosos, así como en los casos de bebés prematuros o tras una cesárea. En este caso se coloca el bebé a un lado del cuerpo de la madre, con sus piernas apuntando hacia atrás, bajo el brazo. Así puede tener bien apoyada la cabeza y la madre puede corregir el agarre fácilmente si es necesario.
Se considera una de las mejores posturas para evitar los gases, porque el vientre del bebé está comprimido y alineado con el pecho, lo que reduce la entrada de aire.
Recomendada para las tomas nocturnas y para las madres que tienen movilidad reducida. En esta postura tanto la madre como el bebé se recuestan quedando cara a cara. Es muy cómoda, pero en el caso de los recién nacidos hay que prestar especial atención al agarre para evitar el riesgo de asfixia o una mala transferencia de la leche.
Otra postura que también se recomienda para evitar los gases, ideal para niños con reflujo gastroesofágico, fisura palatina o alteraciones neurológicas que dificultan la coordinación de succión-deglución-respiración.
En esta posición el bebé se sienta a horcajadas sobre una de las piernas de su madre o sobre un cojín. Esto le permite mantener una postura erguida y tener la espalda apoyada, mejorando así la postura esofágica.
Es conveniente que al introducir el pezón en la boca del bebé este apunte hacia arriba, en dirección a su paladar. De esta manera, una buena porción del pecho descansa sobre el labio inferior del niño, lo que le facilita el agarre.
En caso de parto gemelar, esta postura permite amamantar a dos bebés a la vez, uno en cada brazo. Requiere un poco de práctica, pero puede mejorar mucho la calidad de vida de la madre si tiene que hacer frente a una lactancia múltiple.
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