La tomografía computerizada de haz cónico se ha destapado como un método de exploración indispensable cuando se necesita máxima precisión a la hora de determinar un posible problema de salud. Hay muy pocos centros sanitarios con la posibilidad de ofrecer este tipo de prueba CBCT, y el Hospital La Moraleja de Madrid es uno de ellos.
Cuando lo que está en juego es la salud siempre hay que recurrir a las mejores herramientas de diagnóstico, por eso debes saber todo lo que la CBCT puede hacer por ti y por los tuyos.
Para entender el significado de CBCT hay que comprender que estas siglas hacen alusión a las palabras inglesas Cone Beam Computed Tomography, que en español se traduce como Tomografía Computerizada de Haz Cónico. Para hacernos una idea aún más clara del tipo de herramienta de la que estamos hablando, conviene hacer referencia a una de sus antecesoras, la Tomografía Axial Computerizada, más conocida como TAC.
En efecto, la CBCT es una herramienta de exploración radiográfica que sirve para visualizar zonas del cuerpo que no serían accesibles a simple vista para comprobar si todo está bien y, si no, qué es lo que falla en determinadas partes del organismo. Eso sí, lo hace de una forma mucho más completa que sus antecesores, y además de un modo mucho menos dañino.
La tecnología CBCT realiza un único barrido con rayos X con haz cónico. Es así como esta herramienta de vanguardia estudia una zona mucho mayor que otras en un corto periodo de tiempo y, más importante aún, como consigue que sus muestras adquieran volumen de forma completamente natural, ofreciendo unas resoluciones de imagen nunca antes vistas.
Este tipo de tomografía comenzó a utilizarse en odontología, pero con los años la tecnología ha ido evolucionando y a día de hoy puede utilizarse para hallar diagnósticos fiables en determinadas áreas anatómicas donde la precisión y el detalle requieren un estudio más completo. Esto es posible, entre otras cosas, al aumento de tamaño del gantry, la zona del CBCT que alberga el emisor de rayos X, y a la capacidad de adaptar el FOV, el campo de visión, a la complexión de cada paciente.
Los usos de la CBCT son muchos y muy variados, aunque el hecho de que lleve tanto tiempo utilizándose en odontología hace que comencemos hablando de este uso concreto. La CBCT se utiliza, por ejemplo, para diagnosticar y valorar articulaciones y la evolución de sus fracturas, para valorar estructuras faciales y dentales y para conseguir el mayor detalle anatómico de las pequeñas estructuras que conforman el oído. En general es el método ideal para planificar intervenciones quirúrgicas ya que permite examinar los huesos y su relación con los nervios.
El aumento de tamaño de los dispositivos CBCT ha hecho que con los años esta novedosa técnica haya ido adaptándose a otros usos igual de útiles. A día de hoy es posible utilizar esta herramienta de escáner en 3D para localizar y diagnosticar tumores, localizar el origen de un dolor hallando su fuente o planificar una operación antes incluso de posar el bisturí sobre la piel del paciente.
La baja dosis de radiación con la que funciona la prueba CBCT permite incluso realizar exploraciones aunque haya presencia de objetos metálicos, algo impensable en otro tipo de pruebas del estilo y que convierte a esta herramienta en la opción perfecta en presencia de prótesis o posibles cuerpos extraños de componente metálico.
A la hora de elegir entre varias opciones de pruebas para realizar un diagnóstico, lo normal es decidirse por la que más ventajas ofrece. Ya hemos hablado de algunos de los beneficios de la prueba CBCT, pero profundicemos un poco más en ellos para tener claro por qué merece la pena recurrir a un elemento de diagnóstico como este:
A pesar de que ambos sistemas utilizan rayos X para obtener respuestas, la forma en que lo hacen es muy diferente y, por lo tanto, genera resultados muy distintos.
La radiografía obtiene únicamente información posicional, y además lo hace en dos dimensiones. Lo que muestran los rayos X en una radiografía es un corte plano de la zona del cuerpo que se haya decidido estudiar, un corte sin volumen que aglutina todo el grosor del cuerpo en apenas unos milímetros. Esto hace que únicamente la pericia del radiólogo sea capaz de determinar el punto aproximado en el que se encuentra el posible problema, si es que existe y no se trata de una mancha sin mayor importancia.
En el caso de la tomografía, el sistema es diferente. Una tomografía sí ofrece resultados en tres dimensiones de la zona a estudiar, aunque algunas son más fiables que otras. En el caso de la CBCT, el haz cónico de rayos X garantiza una mejor reconstrucción de la zona estudiada porque consigue volumen a la hora de tomar la muestra de imagen, no únicamente al reconstruirla mediante elementos informáticos.
Mientras que el TAC saca muestras planas del cuerpo, ‘lonchas’ que luego hay que superponer tridimensionalmente con la ayuda de un software especializado, el CBCT explora una porción cónica de cualquier parte del organismo, lo que aporta una información mucho más completa y fiable al excelente cuadro médico del Hospital La Moraleja.
Además, claro está, tenemos el hecho de que la exposición a radiación es muy inferior en la CBCT, lo que beneficia sobremanera al estado de salud del paciente, sobre todo a determinadas edades. O de que la resolución y la reconstrucción de la imagen son mucho mejores gracias al haz cónico de rayos X de este vanguardista sistema.
Uno de los usos más extendidos del CBCT es el odontológico, pero la tecnología con la que cuenta Sanitas en este hospital madrileño permite analizar cualquier parte del cuerpo humano que sea necesario explorar en busca de una respuesta.
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