En la Unidad del Sueño del Hospital La Moraleja contamos con un equipo multidisciplinar especializado en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos respiratorios del sueño, incluidos los ronquidos y la apnea obstructiva. A través de estudios personalizados y tecnología avanzada, se analizan las causas de cada caso para ofrecer soluciones efectivas que mejoren la calidad del descanso y el bienestar general del paciente.
El ronquido tiene que ver, en la mayor parte de las ocasiones, con trastornos respiratorios del sueño. Entre los más habituales destaca el síndrome de resistencia de las vías aéreas superiores o la más conocida apnea obstructiva del sueño.
Más allá de los problemas anatómicos de las vías respiratorias, que están detrás de un alto número de casos de roncadores, existen otras circunstancias que también están relacionadas con esta situación:
Existen diversas maneras de ponerle solución al problema de los ronquidos. Quienes buscan cómo evitar roncar comienzan probando ciertos recursos domésticos que, en muchos casos, pueden ayudar a minimizar el problema.
Algunas de las recomendaciones más habituales en ese sentido son las siguientes:
Más allá del uso de tiritas nasales, que pueden ejercer un efecto inmediato en quienes buscan qué hacer para los ronquidos. Los especialistas de las unidades del sueño suelen recomendar otro tipo de acciones que mejoran la calidad del sueño.
Por ejemplo, en la actualidad se usan férulas bucodentales para el avance mandibular. Estas piezas empujan la mandíbula hacia adelante. De esta manera, se libera la parte posterior de la garganta y se facilita el paso de aire.
También se usan máscaras nasales, que inyectan aire a presión durante la noche para despejar las vías nasales y evitar el ronquido y las apneas.
De forma adicional, se suelen indicar las correas antirronquidos o cintas para el mentón, que ayudan a mantener la boca cerrada y, por tanto, provocan que el aire sea expulsado por la nariz, donde no se producen ronquidos con tanta facilidad.
Existen distintas fórmulas que se pueden aplicar desde el ámbito sanitario para reducir esta molestia en todo tipo de pacientes. No obstante, lo primero es ponerse en manos de sanitarios con conocimientos sobre la calidad del sueño para que evalúen el caso y puedan indicar un tratamiento adaptado a la intensidad del ronquido.
Entre las acciones más repetidas se encuentra el uso de dilatadores nasales internos y externos, y la aplicación de lubricantes nasales antes de cada periodo de sueño en los casos más sencillos.
Las personas que se encuentran con un escenario de ronquidos más complejos pueden someterse a tratamientos quirúrgicos que consisten en diferentes intervenciones sobre la nariz, la boca y la mandíbula mediante técnicas que utilizan el bisturí, el láser y las microondas.
En todos los casos, las intervenciones se centran en despejar todo lo posible la nariz o las vías faríngeas para que el aire pase, se reduzca el ronquido y se mejore, sustancialmente, la calidad del sueño, favoreciendo un descanso más profundo y una respiración continua durante la noche.
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