El bienestar emocional en el posparto es tan importante como la recuperación física. (Identificar alteraciones psicológicas a tiempo permite actuar de forma adecuada y prevenir complicaciones mayores).
El estrecho contacto que los profesionales de la salud (obstetras, matronas, enfermeras, etc.) mantienen con las embarazadas/ puérperas proporciona una oportunidad única para identificar precozmente la DPP e intervenir. Ello puede permitir evitar o minimizar numerosas consecuencias negativas que la depresión perinatal puede ocasionar en la madre, en el entorno familiar, en el vínculo con el bebé o incluso, en el hijo en épocas más tardías de su desarrollo.
En la unidad de maternidad del Hospital La Moraleja tienes a tu disposición a un equipo de especialistas en depresión posparto / perinatal
Este es un trastorno psicológico que afecta a algunas mujeres tras el nacimiento de su hijo. No debe confundirse con el estado emocional leve y transitorio que aparece en los primeros días tras el parto y desaparece una o dos semanas después (“baby blues”). Es una afección emocional más intensa y duradera, que requiere de atención médica.
La depresión postparto, es un trastorno del estado de ánimo que puede iniciarse durante el embarazo hasta un año después del nacimiento. Es la enfermedad materna más común y tiene síntomas muy específicos, precisamente, por su efecto en el bebé, ya que suele alterar la capacidad maternal de responder amorosamente a las necesidades, físicas y emocionales del recién nacido.
Se la suele llamar la ¨Depresión sonriente¨, precisamente porque muchas madres consiguen esconder su sufrimiento por miedo a ser juzgadas, criticadas o consideradas ¨malas madres¨.
La depresión postparto (DPP) se diferencia del ¨Baby Blues¨ (disforia postparto) o de la psicosis puerperal por la gravedad, intensidad y duración de los síntomas. El baby Blues, presenta síntomas leves, en las 2 semanas posteriores al nacimiento, tiene buen pronóstico y remite espontáneamente. La psicosis puerperal es una urgencia psiquiátrica, alto riesgo de presentación dramática. Suele debutar con sintamos tales como, irritabilidad, trastornos del sueño. Habitualmente es de rápida evolución, destacando el desajuste conductual, ánimo deprimido o exaltado, labilidad emocional, así como también, delirios, alucinaciones, confusión y desorientación
Se trata de una forma específica de depresión clínica que puede comenzar en cualquier momento dentro del primer año tras el parto, aunque lo habitual es que aparezca en las primeras semanas. La pueden padecer tanto las madres primerizas como aquellas que ya tienen experiencia con la maternidad.
Puede llegar a dificultar notablemente la capacidad de la madre para cuidar de sí misma y del bebé, impactando en la relación entre ambos y en el desarrollo emocional del recién nacido. En los casos más graves puede llevar a pensamientos de hacerse daño o de dañar al bebé, por lo que debe tratarse con seriedad y abordarse clínicamente.
Cuando se trata de cómo saber si tienes depresión posparto debes prestar atención a las siguientes señales.
Tristeza profunda y llanto frecuente: Las madres deprimidas se sienten tristes sin causa aparente la mayor parte del día, y el llanto puede aparecer en cualquier momento. Esta tristeza es constante y no mejora con el tiempo ni con el descanso.
Irritabilidad y cambios de humor: Son comunes los cambios bruscos de humor y la mujer afectada puede pasar de la ansiedad a la ira en apenas unos minutos. Es común que la mujer se sienta fácilmente frustrada o molesta, incluso por cosas pequeñas.
Fatiga extrema o falta de energía: El cansancio tras el parto es normal, lo que no es normal es que aparezca una fatiga extrema que interfiere con las actividades diarias y quita las ganas, incluso de ducharse, comer o cuidar del bebé.
Pérdida de interés o placer: En los casos de depresión posparto, la afectada va perdiendo interés en cosas que antes le gustaban. Incluso cuidar de su propio hijo le parece una carga.
Dificultad para vincularse con el bebé: Algunas madres se sienten incapaces de vincularse emocionalmente con su hijo, lo que genera un sentimiento de culpa y de miedo que agrava todavía más el estado de la mujer.
Otros síntomas
Junto a los anteriores pueden aparecer otros síntomas como:
En la depresión posparto las causas son multifactoriales, hay varios elementos que pueden interactuar y dar lugar al desarrollo de esta patología.
Dentro de los factores biológicos, el fuerte cambio hormonal que sufre la mujer tras ser madre es uno de los más importantes. Los niveles de estrógeno y progesterona caen de forma brusca y esto tiene un impacto directo sobre el estado de ánimo.
A los factores biológicos se suman los psicológicos y sociales. Las mujeres que tienen antecedentes de cuadros depresivos o ansiosos tienen una mayor posibilidad de sufrir depresión posparto. Además, influyen eventos estresantes como una mala situación económica, conflictos en la pareja, falta de apoyo emocional por parte de la familia o que el embarazo no fuera deseado. El propio parto, si ha sido complicado o traumático, puede dejar una huella emocional significativa.
La presión social que sufren las mujeres para ser buenas madres tiene también un papel importante en su bienestar emocional. Muchas se sienten culpables por no sentir esa felicidad idealizada de la maternidad, lo que provoca en ellas alteraciones a nivel psicológico.
Detectar el problema es esencial para empezar el proceso de recuperación. Por eso, es importante que la mujer reconozca lo que le está ocurriendo y no lo perciba como una debilidad o una falta de amor hacia su hijo, sino como un trastorno que es tratable.
Una de las mejores herramientas es la psicoterapia. A través de ella, las mujeres pueden aprender a entender y gestionar sus emociones, a reorganizar sus pensamientos negativos y a mejorar su bienestar general.
Si el caso es moderado o grave, se puede valorar la incorporación de tratamiento farmacológico con antidepresivos prescritos por un profesional.
También se pueden valorar intervenciones complementarias como participar en grupos de apoyo o aprender técnicas de mindfulness.
La red de apoyo es de vital importancia en la recuperación de la depresión posparto. Es importante que el entorno más cercano de la mujer entienda qué es este trastorno y actúe de forma empática, sin juzgar ni minimizar lo que esta siente.
Escuchar, estar presente y ofrecer ayuda concreta son acciones que fortalecen emocionalmente a la madre. Hay que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, quienes pasan por esta situación no piden ayuda por temor a ser rechazadas o ser juzgadas.
Desde el entorno, también es importante estar atentos a las señales de alarma, porque son la pareja, los padres y los amigos quienes mejor pueden detectar si algo va mal en el estado emocional de la madre.
La depresión posparto es un trastorno emocional que se puede superar con un buen tratamiento y el apoyo del entorno más cercano. En caso de detectarse síntomas, es aconsejable contactar con un especialista lo antes posible. Algunos de los signos y síntomas más comunes en DPP:
Antecedentes de depresión
Riesgos de no tratar la depresión materna durante el embarazo:
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